Educación a distancia: un nuevo reto en el IEMP

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Queremos compartir contigo un artículo de Diana Sulma Pardo publicado en el boletín Innova del IEMP en 2010. La académica es especialista en pedagogía y andragogía o educación para adultos.

¡Conoce los inicios de la educación a distancia en el IEMP!


El IEMP realiza capacitaciones para servidores(as) del Ministerio Público y funcionarios del Estado, y para ciudadanos interesados en los programas de formación de la unidad académica. En este jueves de reminiscencias, te invitamos a leer el artículo que da cuenta de los inicios del IEMP en la educación a distancia para adultos. Precisamente, con ocasión de la pandemia, el Instituto incrementó las capacitaciones virtuales, así que es muy oportuna esta remembranza.

Innova 3 (2010)
Educación a distancia: un nuevo reto del IEMP

Diana Sulma Pardo
Excoordinadora académica del IEMP

Es un hecho que nuestra sociedad actual nos bombardea de información a través del correo electrónico, la televisión, la radio, los medios escritos, los celulares. Muchas veces nos llega por estos medios tanta noticia, opinión y datos, que no logramos discernir con suficiente claridad cuáles son confiables y cuáles no.

Esta misma posibilidad de acceder a la información sin barreras de tiempo o distancia ha impactado a la educación y abrió, especialmente por causa del Internet, nuevas ofertas educativas que en conjunto se llama educación virtual.

¿Qué es lo novedoso de estas ofertas? ¿Cómo reconocer su calidad? ¿Qué tan factible es su implementación con poblaciones que nacieron antes del Internet? ¿Es posible llevar a la virtualidad todo programa de capacitación presencial? Dado que esta revolución tecnológica en la educación no puede ser desconocida por el IEMP, abordaremos algunas de estas preguntas.

¿Qué es lo novedoso de la educación virtual? Que integra, a la educación a distancia, otra alternativa de atención.

En otros momentos históricos cuando la radio era el medio preponderante de comunicación, el país conoció la Radio Sutatenza, a través de la cual la población rural logró cursar su primaria y su bachillerato. Cuando la televisión empezó a ser la abanderada, el canal 11, [luego] canal 3, [y actualmente los canales según el operador], dedicaba su programación a la llamada televisión educativa.

Otros en cambio, podemos recordar que en algunas revistas se nos ofrecían cursos por correspondencia para aprender distintos oficios. Todas esas alternativas educativas respondían a una misma necesidad: educar a poblaciones que por su ubicación geográfica o por sus condiciones laborales o de vida, no podían acceder a los programas presenciales; y todas correspondían a una misma modalidad educativa: la educación a distancia.

Con la llegada del Internet, la educación a distancia se impactó de tal manera que hoy hablamos de educación virtual. Sin embargo, lo novedoso es el medio, lo permanente es su intención educativa: facilitar el acceso a la educación a quienes no pueden hacerlo presencialmente.

¿Aclarado que la educación virtual hace parte de la educación a distancia y que su novedad está en los medios, ¿cómo poder reconocer que un programa virtual sí es de calidad?

Partamos de un principio, sea cual sea el medio, si responde a un interés educativo, su calidad se mide por la coherencia entre los objetivos de formación que plantee, los contenidos que proponga, las metodologías que emplee y los resultados que posibilite.

Por ello, todo programa educativo, sea a través de medios virtuales, radiales, televisivos, multimediales o presenciales deben tener una consistencia entre estos componentes; los participantes estén a la distancia o no, deben encontrar procesos facilitados por docentes y/o tutores que guíen los procesos de aprendizaje y estos, a su vez, deben encontrarse con participantes activos y que quieran aprender.

¿Qué tan factible es la implementación de cursos virtuales dirigidos a poblaciones que nacieron antes del Internet?

La experiencia del IEMP con los cursos virtuales nos ha permitido detectar que la implementación debe ser dada de manera gradual, guiada y focalizada.

Mientras en otros medios laborales se exige, independientemente de su edad o profesión, el uso del Internet (es el caso de los médicos o los operadores de viajes), en nuestra organización aún existe una población profesional que continúa lejos de estas herramientas tecnológicas, prefiriendo la lectura de textos en papel y el envío de correspondencia por medios convencionales.

También sucede que, por perfil de cargo y condiciones de puesto de trabajo, hay un grupo poblacional de servidores que no tienen acceso al computador y no se ven obligados a entrar al mundo del Internet.

Entre estas dos poblaciones existen otros grupos con acercamientos diferenciados. Así, mientras unos tienen un especial interés por esta oferta porque tienen una trayectoria académica y profesional, que les ha permitido encontrar sus bondades y exigencias, existe otra que siente mayor confianza y seguridad con las ofertas presenciales, dejando en segundo plano las virtuales.

Desde esta diferenciación, entendemos que la educación a distancia a través de medios virtuales debe llegar gradualmente, guiada a través de tutores y focalizada en temas susceptibles de ser trabajados bajo esta modalidad.

Así mismo, reconocemos que es necesario realizar una revisión y conceptualización de las experiencias que hemos acumulado a lo largo de estos años, a través de distintos medios como los videos, las teleconferencias, los libros y los cursos virtuales, con el ánimo de crear una oferta consistente que considere los distintos grupos poblacionales que tenemos al interior de la entidad.

Lo clave es comprender que existen cursos que podrán ser ofertadas a la distancia, a través de distintos medios como el virtual, y que al hacerlo permitimos al Instituto cualificar la oferta y a nuestros funcionarios el acceso a un mundo que llegó para quedarse.


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