Política pública de cáncer en Colombia

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¿Sabías que una investigación científica realizada por la PGN, el INC y el IEMP, contribuyó en la construcción del Plan Decenal para el Control del Cáncer en Colombia 2012-2021? ¡Aquí te contamos!

El IEMP resalta en este comunicado los resultados de la investigación realizada en 2011 y su conexión con el Plan Decenal para el Control del Cáncer en Colombia 2012-2021, pues en este año culmina su ejecución.

Además, el IEMP considera vigentes algunas de las recomendaciones del estudio, y más en tiempos de pandemia que generó interrupciones en tratamientos y deficiencias en la detección temprana y atención de la enfermedad.

La investigación realizada por la Procuraduría General de la Nación (PGN), el Instituto Nacional de Cancerología (INC) y el IEMP aportó elementos esenciales para la formulación del Plan Decenal.

Hace diez años, la PGN, a través de la Procuraduría Delegada para Asuntos del Trabajo y Seguridad Social [actualmente para la Salud, la Protección Social y el Trabajo Decente], y el IEMP, decidieron adelantar el estudio para «evaluar y conocer las perspectivas de política pública sobre el cáncer en Colombia».

El propósito de la investigación fue definir los lineamientos de política pública, así como las estrategias que permitieran a la PGN fortalecer su función de prevención, vigilancia y control de la gestión en lo relacionado con el control de la enfermedad.

La PGN, el INC y el IEMP, esperan que el estudio haya logrado solventar las carencias existentes en la atención y el control del cáncer en el país, y a su vez, que sea la motivación para continuar avanzando en el manejo de la enfermedad y en la realización de estudios que aporten y brinden recomendaciones que sean de utilidad y sirvan de orientación para adoptar nuevas medidas de prevención.

A continuación, la investigadora del IEMP, Sandra Rojas Barrero, quien ejerció la coordinación del estudio desde el Instituto, nos cuenta algunos datos clave de la investigación, sus resultados y el aporte al país.

Evaluación y perspectivas de la política pública sobre el cáncer en Colombia

Sandra Rojas Barrero
Psicóloga e investigadora
División de Investigaciones Sociopolíticas y Asuntos Socioeconómicos del IEMP

«Cuando la salud está ausente, la sabiduría no se puede revelar, el arte no se manifiesta, no hay fuerzas para luchar, las riquezas se vuelven vanas y la inteligencia no se puede expresar».[1]

En la antigüedad, los griegos reverenciaban la salud y la consideraban principalmente una responsabilidad personal, pues pensaban que era competencia del individuo mantener el equilibrio que casi siempre era sinónimo de salud.

Este criterio de la salud como equilibrio y como responsabilidad individual fue superado permitiendo una visión más amplia, en la que el contexto social y ambiental juega un papel fundamental en el estado de la salud de las personas y comunidades, es decir:

«(…) los seres humanos dependen del medio ambiente que los rodea para satisfacer sus necesidades de salud y supervivencia, y aunque presentan resistencia a acontecimientos o condiciones ambientales nocivos, su salud es vulnerable a dichas condiciones, ya que cuando el medio ambiente deja de satisfacer las necesidades básicas y al mismo tiempo presenta numerosos riesgos, la calidad de vida y la salud de las personas se ve muy afectada».[2]

Antecedentes de la investigación

En 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la importancia que tiene el medio ambiente en el desarrollo del cáncer, en la conferencia internacional «Determinantes ambientales y laborales del cáncer: intervenciones para la prevención primaria», celebrada en Asturias (España).

El encuentro reunió a representantes políticos, gubernamentales, investigadores, especialistas de la salud, organizaciones no gubernamentales y asociaciones de pacientes y afectados, y a la sociedad civil. En la conferencia se instó a todos los niveles implicados:

«(…) a tomar medidas en la prevención primaria. A la OMS a crear un marco de investigación sobre las causas ambientales y promover indicadores medibles de exposición. A los países a desarrollar leyes que protejan y campañas de información a los ciudadanos. A los empresarios a respetar las normas de seguridad y prevención».[3]

Igualmente, se indicó la necesidad de realizar investigaciones para descubrir causas ambientales y laborales del cáncer aún no reconocidas, que sirvieran de orientación para adoptar nuevas medidas de prevención.

Foto de Anna Shvets en Pexels.

La enfermedad del cáncer es uno de los mayores problemas de salud en el mundo; su impacto negativo incide de manera especial en los grupos humanos más desfavorecidos económica y socialmente[4], y en los sistemas de salud.

Los tumores malignos representaban, al momento de la investigación, la segunda causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares (Organización Mundial de la Salud, 2011), y su tendencia es al incremento para la mayoría de tipos de cáncer.

♦ Conoce las principales causas de muerte según la OMS (9/12/2020).

Esta situación contrasta con lo observado en países desarrollados en donde algunas clases de cáncer muestran un retroceso tanto en el número de nuevos casos como en la mortalidad.

Los avances en la tecnología médica y el desarrollo prolífico de tratamientos alternativos de la enfermedad han producido un aumento constante en el número de sobrevivientes de cáncer.

No obstante, en nuestro medio, la palabra «cáncer» sigue siendo el símbolo arquetípico de la desgracia y la muerte, «cáncer» es la palabra que evoca todavía las imágenes del sufrimiento y la deshumanización.[5]

Aun cuando los últimos años han sido fundamentales para la real comprensión y el manejo del cáncer[6], y para el logro de grandes avances en la generación de conocimiento alrededor del tema, nuestro país continúa enfrentado dificultades para generar acciones de salud pública eficaces para su control.

Por tal razón, en 2011 la PGN, el INC y el IEMP consideraron la urgencia de acelerar todos los procesos relacionados con su manejo, a fin de lograr resultados contundentes, que fuesen visibles y evidenciables en el mediano y corto plazo para mejorar las condiciones de salud y de vida de los colombianos.

¿Por qué era necesario el estudio?

En el periodo 2000-2006 se presentaron 203.907 muertes por cáncer en Colombia: 100.126 en hombres y 103.781 en mujeres[7].

♦ Te puede interesar «Cáncer: tendencia de la mortalidad cruda, desagregada por sexo, grupo etario y departamento, 2005-2018».

Aunado a lo anterior, tenemos el aumento de los factores de riesgo que conllevan a padecer la enfermedad. Entre ellos, según análisis de diferentes instancias expertas[8] en la materia, la falta de una respuesta adecuada del sistema de salud que permita la detección oportuna de tumores.

El diagnóstico tardío no es el único problema, a él se suman la mala calidad de los exámenes y los procedimientos, y la poca idoneidad de quienes hacen las pruebas.

El doctor Rada, especialista en el tema, sostuvo que «es frecuente encontrar citologías, endoscopias y mamografías con resultados equívocos»; así mismo, indicó que «es un riesgo enorme para una persona que cree no tener nada y cuya esperanza de vida puede estar reduciéndose sin que se dé cuenta».

♦ Pandemia y covid-19: «OPS insta a garantizar el diagnóstico y tratamiento del cáncer, la segunda causa principal de muerte en las Américas».

Por otra parte, los expertos coincidían en 2011, que no había una política trazada desde el Ministerio de Salud que permitiera unificar estrategias, protocolos y procedimientos para prevenir y reducir la incidencia de la enfermedad y las muertes por su causa.

Cada institución tenía una forma diferente de proceder ante el cáncer en términos de prevención, promoción y atención. No había un eje conductor unificado y ajustado a la epidemiología colombiana, por lo que se consideró necesario promover una atención continua, desde las acciones de prevención hasta las de rehabilitación y cuidado paliativo.

Foto de SHVETS production en Pexels.

Investigación académica, en busca de respuestas

El IEMP, dentro del marco de sus funciones, desarrolla actividades de investigación de interés para el Ministerio Público, en alianza con las procuradurías delegadas e instituciones especializadas en los temas objeto de estudio.

Por otra parte, en relación con la función preventiva y de control de la gestión pública de la PGN, bajo la responsabilidad de las procuradurías delegadas, la entidad vela por el ejercicio diligente y eficiente de las funciones que ejercen las instituciones cuando sea necesario defender la garantía y los derechos fundamentales, sociales, económicos, culturales, colectivos o de ambiente, así como los derechos de las minorías étnicas.

En este contexto, el IEMP y la Procuraduría Delegada decidieron adelantar en 2011 la investigación para evaluar y conocer las perspectivas de la política pública sobre el cáncer en Colombia. Para lograr este objetivo, la unidad académica formalizó un convenio con el INC, entidad nacional especializada en el tema, adscrita al Ministerio de Salud.

El propósito del estudio fue definir los lineamientos de política pública, así como las estrategias que permitieran a la Procuraduría Delegada fortalecer su función de prevención, vigilancia y control de la gestión, en lo relacionado con el control del cáncer en Colombia.

Como producto de este trabajo desarrollado por los investigadores del INC: Diana Esperanza Rivera Rodríguez, Yolanda Marín Valencia, Alejandro Niño Bogoya, Alejandro Laserna Botero y Jenny Otálora Martínez, se entregó a la PGN un documento con recomendaciones de política pública para el control del cáncer en Colombia.

Los resultados fueron generados al analizar la evidencia científica disponible, acoger las recomendaciones de la OMS y revisar la experiencia de 40 países, estudiando en profundidad tres de los que han demostrado mayores resultados (Canadá, Chile y Reino Unido).

Control del cáncer en Colombia. Recomendaciones de lineamientos de política pública. Instituto Nacional de Cancerología, Procuraduría General de la Nación, IEMP. 2011.

Recomendaciones de la investigación

El documento que recogió el proceso de la investigación fue editado y publicado por el IEMP, el cual describe algunos lineamientos que entregó la PGN y el INC al país, como contribución en la búsqueda de garantizar mejores y más eficientes acciones para el control de la enfermedad.

El alcance de las recomendaciones del documento fue nacional y de carácter permanente, con un enfoque multisectorial y multidisciplinario, proyectado por lo menos a diez años, pensando en su articulación en los planes nacionales de desarrollo, de salud pública y sectoriales relacionados con el tema.

Datos clave de la investigación

► Objetivo general 

Reducir la incidencia, la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sobrevivientes de cáncer.

► Objetivos específicos

  • Reducir la prevalencia de factores de riesgo modificables para cáncer.
  • Reducir las muertes evitables por cáncer, mediante el mejoramiento de la detección temprana y la calidad de la atención.
  • Mejorar la calidad de vida de los pacientes y de los sobrevivientes de cáncer.
  • Garantizar la generación, disponibilidad y uso de conocimiento e información para la toma de decisiones.
  • Fortalecer la formación del talento humano para el control del cáncer.

 Líneas estratégicas

La política pública para el control del cáncer en Colombia contempla acciones en seis ejes, con líneas estratégicas definidas, basados en los objetivos establecidos en el Modelo para el Control del Cáncer en Colombia (Murillo, Quintero, Piñeros, Cendales, & Lizcano, 2006):

Eje 1. Control del riesgo de cáncer. Pretende reducir la incidencia de algunos tipos de cáncer, para los cuales se han identificado riesgos por medio de estudios epidemiológicos y se han probado alternativas de intervención, tanto en el terreno de la promoción de la salud como en la protección específica (Murillo, Quintero, Piñeros, Cendales, & Lizcano, 2006).

El 40 % de los cánceres son prevenibles. El control del riesgo o prevención del cáncer implica eliminar o disminuir al mínimo la exposición a las causas del cáncer e incluye reducir la sensibilidad individual al efecto de esas causas.

Este enfoque ofrece el mayor potencial para la salud pública y es el método de control de cáncer más económico a largo plazo.

Eje 2. Detección temprana de la enfermedad. Comprende las actividades dirigidas a reducir el estado clínico en el momento del diagnóstico para permitir una mayor tasa de curación y por tanto una reducción en la mortalidad por cáncer.

La detección temprana se puede realizar atendiendo y canalizando adecuadamente los pacientes que presentan síntomas incipientes de la enfermedad o mediante la tamización, la cual consiste en la práctica rutinaria de exámenes en población asintomática definida de acuerdo con el perfil de riesgo.

La tamización, a su vez, se puede realizar a través de programas de base poblacional en donde se pretende alcanzar a toda la población objeto o mediante programas de base institucional, en donde se vincula al programa únicamente a personas que entran en contacto con los servicios de forma espontánea (Murillo, Quintero, Piñeros, Cendales, & Lizcano, 2006).

Eje 3. Atención, recuperación y superación de los daños causados por cáncer. El tratamiento del cáncer es complejo e involucra diversos elementos que deben interactuar de forma precisa para alcanzar la cura, la prolongación de una vida útil y el mejoramiento de la calidad de vida.

La curación del cáncer (remisión completa, alcance de un estado de nulo o mínimo riesgo de recurrencia, y recuperación del estado funcional), es posible solo para una proporción no mayoritaria de los casos y se relaciona estrechamente con el diagnóstico en estados tempranos.

Conseguir los objetivos definidos depende entonces de las condiciones en las que se aplica el tratamiento como la calidad del mismo, la disponibilidad de tecnologías y el acceso a los servicios, y la oportunidad en el suministro de las intervenciones terapéuticas.

De acuerdo con los objetivos definidos, la rehabilitación (incluida la cirugía reconstructiva) es parte integral del tratamiento y debe incluir además del soporte físico, los servicios necesarios para que el paciente y su familia, satisfagan necesidades de diferente orden en todos los momentos de la enfermedad.

Eje 4. Mejoramiento de la calidad de vida de pacientes y sobrevivientes de cáncer. El cuidado paliativo es una intervención que mejora la calidad de vida del paciente y su familia, en relación con los problemas asociados a la grave amenaza contra la vida que conlleva la enfermedad, a través de la prevención y el alivio del dolor y otros problemas físicos, síquicos, psicosociales y espirituales, mediante la identificación temprana, la evaluación impecable y el tratamiento de ellos.

La intervención de cuidado paliativo resulta fundamental y debe iniciarse tan temprano como sea posible (Murillo, Quintero, Piñeros, Cendales, & Lizcano, 2006).

Eje 5. Gestión del conocimiento y tecnología. Busca incrementar la eficiencia y la eficacia de la información científica en torno al cáncer, así como adelantar una estrategia de innovación para incorporar los avances científicos en el tratamiento de la enfermedad.

En un mundo global, en donde la competitividad se hace imprescindible para contrarrestar este tipo de enfermedades, la gestión del conocimiento busca la interacción fluida entre tecnologías, procesos y poblaciones.

A partir de esta tríada, el conocimiento se transforma para entregar a los pacientes enfermos de cáncer, las mejores alternativas frente a su condición de salud (Wickramasinghe, 2006).

Eje 6. Formación del talento humano. Pretende establecer estándares de capacitación, que contribuyan a incrementar su calidad en áreas estratégicas y prioritarias para el control del cáncer.

Foto de Darko Stojanovic en Pixabay.
  • Promover el liderazgo para conseguir claridad y unidad de propósito, y alentar la creación de equipos, una amplia participación, la titularidad del proceso, el aprendizaje continuo y el mutuo reconocimiento de los esfuerzos realizados.► Acciones transversales para desarrollar los ejes de política 
  • Involucrar las partes interesadas de todos los sectores relacionados y en todos los niveles del proceso de toma de decisiones, para suscitar una participación activa y un compromiso de los actores clave en beneficio de la política.
  • Responder las necesidades físicas, psicológicas y espirituales de las personas con riesgo de desarrollar cáncer o que ya presenten la enfermedad, a lo largo de todo el proceso de la atención.
  • Tomar decisiones basadas en evidencias científicas, valores sociales y en el uso eficiente y costo eficaz de los recursos que beneficien a la población objeto, de forma sostenible y equitativa.
  • Apoyar el fortalecimiento de la legislación y la normativa en aspectos específicos del control.

De esta manera, el resultado de la investigación permitió gestionar los lineamientos de recomendaciones de política pública a cargo de la Procuraduría Delegada, fortaleciendo la función preventiva, y brindando un espacio para la formulación e implementación de la política pública por parte del Gobierno nacional.


El IEMP es prevención
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Referencias del año 2011

[1] Medicine and human welfare. HE., Sigerist. New Haven: Yale University, 1947.
[2] Extraído de https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2010/Sanemiento-Capitulo1.pdf
[3] Extraído de saludgeoambiental.org/cancer-medio-ambiente.
[4] World health report 2002 – Protecting the people. World Health Organization. Geneva: WHO, 2002.
[5] A Cancer Sourcebook for Nurses. C., Varricchio. Atlanta: Amercian Cancer Society, 2007.
[6] Plan Estratégico conjunto. Red Temática de Investigación Cooperativa de Madrid: RETICS, 2003.
[7] Control del cáncer en Colombia. Recomendaciones de lineamientos de política pública. Instituto Nacional de Cancerología, Procuraduría General de la Nación, IEMP. 2011.
[8] Entre ellas: Raúl Hernando Murillo, director de Investigación, Vigilancia Epidemiológica, Promoción y Prevención del INC; Carlos Vicente Rada, director del INC; Libia Naranjo, directora de la Fundación Sanar; Sandra Franco, directora del Centro de Oncología de la Clínica del Country, entre otros.

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