“Ética para una Colombia nueva”

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Luego del desarrollo de la agenda de hoy

Palabras de conclusión y clausura

Luis Fernando Álvarez Londoño S.J.

Vicerrector de Extensión y

Relaciones Interinstitucionales

Universidad Javeriana

Bogotá

Luego del desarrollo de la agenda de hoy, considero que la principal conclusión de este conversatorio podría ser la siguiente: aunque sea difícil, es posible superar la crisis actual, asumir los desafíos éticos del presente y consolidar los valores sobre los que se construya un nuevo país. Para ese fin existen medios probados en Colombia y el mundo cuya eficacia solo depende del compromiso de las personas a las que se encomienda su ejecución. No es posible hacerlo todo al mismo tiempo y una estrategia realista de«Ética para una Nueva Colombia» deberá definir una serie de prioridades de corto, mediano y largo plazo, en torno a las cuales se comprometan los poderes del Estado y el más amplio número posible de actores claves en el país y la comunidad internacional.
Registro con orgullo que sea desde la sede de nuestra Universidad que se lanza una luz de esperanza para el futuro en medio del sombrío panorama presente. Aquí se han tratado las prioridades fundamentales de ese proceso y, sobre todo, de la formación de nuevas generaciones, aspecto fundamental que debe focalizar nuestros esfuerzos. Para edificar el futuro que anhelamos, es indispensable que comencemos a acciones de manera inmediata.
En febrero pasado, en el curso de otro evento sobre la problemática de la corrupción en Colombia, pudimos apreciar el interés de los órganos de control en coordinar sus tareas, no solo entre sí, sino también con entidades de la Rama Ejecutiva que tienen responsabilidades específicas sobre la contratación pública y el gasto público. Esta posición ha sido reiterada en estas mismas aulas universitarias por el Sr. Contralor General, el Defensor del Pueblo y el Secretario de Transparencia. Las bases institucionales de la Colombia nueva están dadas y sobre ellas podemos construir (o reconstruir) el edificio de sus valores.
Este conversatorio, que me honra clausurar, ha resaltado que la colaboración ciudadana con las instituciones encargadas de la lucha contra la corrupción es indispensable. La corrupción es un fenómeno complejo y los recursos para derrotarla son limitados, el apoyo de actores externos al Estado resulta esencial. Los organismos anticorrupción solo pueden superar a sus poderosos enemigos con el apoyo de toda la sociedad.
El papel de los moderadores en este conversatorio también nos ha indicado la importancia de los medios de comunicación. Además de su función natural como investigadores de escándalos de corrupción y contrapeso del poder de grupos de interés, los medios también pueden contribuir a la generación de una conciencia pública de repudio a la corrupción.
Nos animan también los anuncios recientes del Señor Procurador sobre el fortalecimiento de la presencia regional de su institución, pues en departamentos y municipios se han detectado las mayores debilidades en materia de integridad. Faltaban espacios permanentes de participación y consulta como los Consejos Asesores Regionales que está creando el Doctor Carrillo y que pueden brindar audiencia a colectivos hasta ahora ignorados, muy seguramente víctimas durante décadas del abandono ocasionado por la corrupción.
La contribución de la sociedad civil en el proceso de formulación e implementación de políticas contra la corrupción puede ser decisiva. Instituciones académicas como la nuestra, asociaciones empresariales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos e iglesias tienen mucho que aportar. Pero sobre todo debemos confirmar nuestro compromiso con la Colombia Nueva que propuso este conversatorio, y contribuir con todo nuestro conocimiento y toda nuestra experiencia. La declaración de transparencia recientemente suscrita por varios gremios es un paso en la dirección correcta.
Me complace anunciar que próximamente la Escuela Javeriana de Gobierno y Ética Pública suscribirá un acuerdo interinstitucional con la Procuraduría General de la Nación el Instituto de Estudios del Ministerio Público para impulsar diversos programas de capacitación, investigaciones y publicaciones, además de encuentros periódicos de difusión y diálogo e invitaremos a otros actores de la sociedad civil para que aporten sus propias visiones y nos ayuden a movilizar el interés permanente de la ciudadanía sobre la lucha contra la corrupción.
Un área de investigación donde la Escuela espera trabajar con la Procuraduría es la eficacia de esfuerzos recientes y en curso. A pesar de los instrumentos legales existentes, los resultados no parecen satisfactorios. Es posible que algunas reformas sean indispensables para eliminar los instrumentos y las acciones que facilitan conductas corruptas y para promover, igualmente, una mayor transparencia en la información, sobre todo en lo que respecta a la ejecución del gasto público.
Por eso algunas de las acciones que la Escuela Javeriana de Gobierno y Ética Pública espera iniciar con la Procuraduría, se orientarán a promover un diálogo creativo entre todos los interesados que identifique la necesidad de revisar algunas herramientas para fortalecer la transparencia, la probidad y la rendición de cuentas en áreas como la contratación pública, el acceso a la información pública, la vigilancia y control del cabildeo, etc. La legitimidad de las instituciones democráticas para el posconflicto y la implementación de los Acuerdos de Paz no pueden quedar expuestas a un contra ataque de la corrupción.
Esperamos además que algunos de las acciones emprendidas utilicen herramientas de tecnología de la información y las comunicaciones [TIC] como«minería de datos» (data mining) para detectar, analizar e interpretar tendencias y patrones asociados con prácticas corruptas. Estos proyectos pueden conducir a la adopción de TIC que propicien la acción conjunta de la ciudadanía y las instituciones, evite la pérdida de los dineros públicos y disuada a quienes consideren cometer conductas reprochables.
La evidencia empírica obtenida a través de estas acciones puede permitir el alineamiento de las estrategias de la lucha contra la corrupción con otras políticas públicas no menos importantes, como asegurar la efectividad de los derechos económicos y sociales de la ciudadanía (por ejemplo, mediante la evaluación y seguimiento de políticas públicas sobre salud, educación y pensiones, unas de las áreas más golpeadas por la corrupción).
A nivel de la ciudadanía en general, es indispensable promover una cultura de la legalidad que afiance los resultados de la lucha contra la corrupción. Dicha cultura debe permear todos los niveles de la pirámide social de modo que la corrupción encuentre anticuerpos eficaces siempre que trate de recuperar terreno seduciendo a los ciudadanos o a las comunidades con el atractivo del dinero fácil. Puede tratarse de un proceso intergeneracional, pero es indispensable para afianzar los avances en la lucha contra la corrupción y desde la Escuela Javeriana de Gobierno y Ética Pública, esperamos trabajar con la Procuraduría y otras organizaciones de la sociedad civil para comenzarlo ya.
Sin embargo, no podemos limitarnos a la formación de profesionales probos en nuestras aulas. Quizás deberíamos apoyar el desarrollo de programas especializados con instituciones educativas de enseñanza primaria y media o con comunidades, para sensibilizarlas sobre las consecuencias de la corrupción y crear una cultura de la probidad que se arraigue en toda la sociedad. Basados en experiencias reales pueden utilizarse metodologías como«mini-estudios de caso» o«simulaciones» que permitan a los participantes enfrentarse con situaciones de la vida real y los inviten a tomar sus propias decisiones. Esa es una posibilidad que me gustaría explorar con la Procuraduría sobre todo a nivel regional y con la ayuda de programas de Educación continua de la Universidad.
Finalmente, en alianza con la Procuraduría esperamos atraer el apoyo de organismos multilaterales y bilaterales de cooperación internacional, portadores de experiencias valiosas como lecciones aprendidas y mejores prácticas en la lucha contra la corrupción que puede levantar diversas fases de la construcción de esa Colombia Nueva a través de sus distintas modalidades de asistencia técnica y financiamiento, y sobre todo con el«sello de aprobación» de una comunidad internacional que une sus fuerzas en la persecución de los corruptos y de sus capitales.
Por ejemplo, la experiencia internacional muestra que las agencias anticorrupción exitosas se fortalecen con severos controles internos, mecanismos de rendición de cuentas, y gestión activa de la integridad de su personal. Para cumplir con su misión deben prevenir abusos internos que perjudiquen su credibilidad, y aceptar el escrutinio de los medios de comunicación para reforzar el apoyo de la opinión. Su estrategia de imagen institucional tiene que destacar los resultados, no solo en el castigo de los corruptos, sino en el desarrollo de una cultura interna de la integridad como lo sugiere la experiencia de la Asociación Estadounidense de Administración Pública (AAPA).
Entendemos que los contactos preliminares de la Procuraduría con entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Banco Mundial y Embajada de Francia son muy prometedores y nos gustaría contar con su apoyo para informar nuestro trabajo docente e investigativo con esas mejores prácticas en la lucha contra la corrupción, flagelo no solo de Colombia sino del mundo entero.
Muchas gracias.

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